Bueno, a muchos les puede parecer interesante el título de esta
entrada. ¿Qué hace un plenero en España cuando le pica la vena? Estoy
seguro que el plenero que ha estado lejos de su tierra me va a entender. Realmente
si te pones a pensar no puedes hacer mucho, simplemente deprimirte un poco y
ponerte a ver vídeos en Youtube para de esa forma agonizar en tu propia
depresión.
Sé que puede parecer un poco exagerado de mi parte las palabras
que estoy utilizando, pero qué te puedo decir; la plena es la mejor droga, y el
plenero que es de corazón, sabe que la misma emite el mejor arrebato que
cualquier persona puede sentir. Sí, soy adicto a la plena y en estos
momentos mi hermano, Carlitos Sánchez, y yo estamos rompiendo en frío, con un
frío descomunal en España.
Ya terminado el paréntesis que hice, yéndome en un viaje y
comparando la plena con una droga, quiero contarles cómo Carlos y yo hemos
lidiado con esta situación que nos incomoda bastante.
Primero:
Nos ponemos a pensar sobre la plena, los
plenazos, nuestros "jammin sessions" como si estuviéramos en Puerto
Rico. Todo esto se escucha bien bonito, pero al final estamos jodidos,
disculpándome por la expresión, porque no podemos salir a tocar, debido a que
la temperatura está a 30 grados Fahrenheit, y si tocamos en el
apartamento, nos llaman a la policía…... ¿A dónde me fui a meter
mi hermano?
Segundo:
Bueno en segundo lugar, para poder matar un
poco el vicio, nos ponemos a ver vídeos en Youtube de los plenazos y de
presentaciones de otros grupos. Esto hace que me inspire y me ponga a
componer canciones y de la misma forma me calme un poco. Sin embargo, tengo un
problema, llamo a Carlitos y le canto la canción, él comienza a envolverse y a
hacer que me pique la vena nuevamente…….. Al parecer no hay manera para
combatir esto. ¡Que horror!
Tercero:
Como se dieron cuenta hace dos párrafos
atrás, sí nos llevamos los panderos; era algo inevitable. Aunque fuera
una sola vez la que tocáramos, queríamos tenerlos y sentir un pedazo de la isla
cerca. Gracias a Dios y al tiempo bajé un fin de semana para Madrid con
Carlos y los dos formamos un pequeño junte plenerístico y, te digo la verdad mi
hermano, nos curamos con un quinto y un seguidor. Lo más chistoso era
como la gente nos miraba y en las caras se les notaba un cierto tipo de tímido
interés por esos tambores de mano que se escuchaban repicar.
Ese día Carlitos y yo tocamos hasta que cayera el sol y no era
para menos; era justo y necesario.
Se los digo mis amigos, no va a ser la única vez que toquemos en
España, hay que continuar alimentando la vena y dejando sentir la Plena en el
mundo.
Mi
cultura la llevo hasta la luna si pudiese, pero por ahora la dejo sentir en la
Madre Patria.
Por: Enio A. Suasnávar
Por: Enio A. Suasnávar
¡Saludos desde España!